viernes, 21 de diciembre de 2012

Experiencia Patagónica: De Iguazú a Tierra de Fuego (Península Valdés y Cataratas)

En esta ocasión la maleta de los sueños se va un poquito más lejos...a Argentina. Se trata de un viaje apasionante en el que hubo de todo un poco y que he bautizado como mi "experiencia patagónica": aventura en grandes montañas y glaciares,Tierra de Fuego, fauna en Península Valdés, cataratas de Iguazú y visita urbanita a la ciudad del tango, Buenos Aires. Un total de veinticuatro días en los que mi maleta, aunque en este caso mejor llamarla "petate" de los sueños, se vino cargada de buenos recuerdos y sensaciones únicas que os recomiendo sin dudarlo un instante. Ha sido un viaje a medida en el que seleccionamos diversos "paquetes" disponibles en el mercado que fuimos adaptando a lo que nos apetecía conocer y realizar en cada lugar. Este viaje como otros que ya os contaré, lo contraté con una compañía especializada en viajes de aventura y trekking, Naturtrek, grandes profesionales que conocen perfectamente los destinos que promocionan. Hoy os hablaré de Península Valdés e Iguazú, paisajes apasionantes de inmensa belleza.
 
PENÍNSULA VALDÉS
Tras unas cuantas horas de vuelo llegamos al aeropuerto de Trelew donde nos esperaban para llevarnos a Puerto Madryn, ciudad portuaria fundada por los galeses, que será nuestro "centro de operaciones" durante tres días desde nos moveremos para realizar distintas actividades.La tarde de nuestra llegada, bastante fresquita por cierto, la dedicamos a caminar por la ciudad, por su paseo costero, a tomarnos un buen café con una media luna (croissant para nosotros) y a buscar un buen sitio en el que cenar. Descubrimos un lugar, Plácido Restaurante, que personalmente no me defraudó en absoluto, cocina de autor de buena calidad y precio razonable.
La mañana siguiente estaba un poco nerviosa, era la hora de ir a la búsqueda de las ballenas francas (180 pesos por persona + 70 de entrada al área natural); me preguntaba constantemente si tendría la suerte de verlas. Os diré que no es tan fácil, no siempre se dejan ver y, en concreto, unas horas antes del mismo día en que nosotros navegamos, no pudieron avistar ni un solo ejemplar. Nosotros tuvimos más suerte; una vez llegamos a Puerto Pirámides, embarcamos y en poco tiempo el guía llamó nuestra atención para que dirigiéramos la vista a un punto en concreto. Allí estaba una madre con su cría enseñándola a subir a la superficie para respirar; sin duda un espectáculo. Todo lo que os diga sobre el avistamiento de ballenas es poco, ¡tenéis que vivirlo!. Incluso las ballenas mostraron su majestuosa cola en alguna ocasión, que podéis observar en las fotografías de este post.
Tras el avistamiento, nos dirigimos hacia el interior de la península donde visitamos el Centro de Interpretación y divisamos un apostadero de lobos marinos (espectacular pero nada comparable a lo que vi en Ushuaia y que en otra ocasión os contaré). El día llegó así a su fin, dirigiéndonos de nuevo a Puerto Madryn donde elegimos otro buen sitio en el que cenar, la Cantina el Naútico, buena carne argentina (Baby bife gran naútico), buenos langostinos grille y bien regado de vinito Postales.
El día siguiente era el momento de los pingüinos magallánicos en la mayor reserva pingüinera sobre suelo continental, Punta Tombo (35 pesos la entrada al área natural). Pudimos caminar junto a ellos en su hábitat natural y disfrutar de las estupendas vistas que ofrece la reserva, eso sí , sin salirnos del sendero marcado y sin tocar a los animales. Durante la tarde elegimos la opción de realizar el avistamiento de los delfines más pequeños del mundo, Toninas Overas, blancos y negros; si disponéis de tiempo hacedlo si dudar, que no os arrepentiréis. El precio es de 150 pesos por persona.
Deciros que todas las actividades que realizamos  en Península Valdés las gestionaba la empresa Odisea Patagónica.

CATARATAS DE IGUAZÚ
Fue el colofón del viaje, nuestro gran final, después de 21 días de viaje de montañas, glaciares, pingüinos, ballenas y tango estábamos agotados, pero aún nos quedaba energía para contemplar una de las nuevas 7 maravillas naturales del mundo, las Cataratas de Iguazú. Estuvimos allí durante dos días, uno destinado al lado argentino de las cataratas y otro al lado brasileño.

El primer día nos levantamos bien temprano, ya que al estar nuestro hotel en el lado brasileño debíamos pasar por la frontera y queríamos evitar largas colas. Llegamos al parque nacional y directamente nos subimos al Tren Ecológico que nos llevaría entre la selva hasta el punto estrella de las cataratas, la Garganta del Diablo; ¡no os podéis imaginar el estruendo y la fuerza del agua al asomarte a la pasarela!

Pasamos la mañana caminando por las distintas pasarelas contemplando cada uno de los saltos de agua y haciendo miles de fotos, ¡no podíamos parar!. Y llegó la tarde...decidimos realizar el acercamiento en  gomón (lancha para nosotros) a la base de las cataratas y el paseo en 4x4 por la selva. El gomón fue sin duda lo mejor, te empapas e incluso tragas agua (yo por lo menos), pero merece la pena acercarse lo máximo posible a esas gigantescas caídas de agua, ¡hacédlo!

El día siguiente visitamos el lado brasileño, comenzando por el centro de visitantes donde cogimos el bus panorámico que recorre la selva y nos dejó en el inicio del sendero que nos  permite una visión genial del lado argentino. El final de la pequeña caminata nos lleva hasta el salto floriano, no menos asombroso que lo vivido el día anterior en la Garganta del Diablo.

 
Hasta aquí una pequeñísima parte de mi "experiencia patagónica", lugares perfectos para disfrutar y seguir llenando la maleta de los sueños.
Un saludo a tod@s...nos vemos en unos días. Felices Fiestas!!!!!!!!!!

Fotos: realizadas durante el viaje

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